Guillermo Carnero: Capricho en Aranjuez

 

Cecilio Fernández Bustos

Guillermo Carnero nació en Valencia en 1947. Es licenciado en Ciencias Económicas y Doctor en Filología Hispánica. Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alicante y especialista en literatura española y comparada de los siglos XVIII, XIX y XX, ha sido profesor en diversas universidades europeas y americanas (Berkeley, Macerata, Virginia, Harvard).

Como poeta ha recibido los siguientes premios: Premio Nacional de Literatura (2000), Premio nacional de la crítica (2000), Premio Nacional de la Crítica Valenciana, Premio Fastenrath de la Real Academia Española (todos estos premios le han sido otorgados por su libro Verano inglés. En 2005 obtuvo el Premio Loewe con Fuente de Médicis.

Entre los numerosos trabajos publicados por Guillermo Carnero destacan los poemarios: Dibujo de la muerte, Málaga, 1967 y Barcelona, 1971; Libro de horas, Málaga, 1967; Modo y canciones del amor ficticio, Málaga, 1969; Barcelona, mon amour, Málaga, 1969; El sueño de Escipión, Madrid, 1971; Variaciones y figuras sobre un tema de La Bruyère, Madrid, 1974; El azar objetivo, Madrid, 1975; Ensayo de una teoría de la visión. (Poesía 1966-1977), Madrid, 1979; Música para fuegos artificiales, Madrid, 1989; Divisibilidad indefinida, Sevilla, 1990. Ha sido traducido a numerosos idiomas, ha publicado ensayos fundamentales y ha impartido conferencias y lecturas de su obra poética.  

         José María Castellet incluyó a Guillermo Carnero en la, ya clásica, antología Nueve novísimos. La poesía de Guillermo Carnero no es una poesía popular. Es, por el contrario, una poesía culta que tiene en el cultismo los elementos más significativos de su estilo. Pero es una poesía plena de elementos simbólicos y lúcidas imágenes que, a no dudarlo, nos harán disolvernos, como el aroma, en el hondo trasminar de las magnolias de Aranjuez.

         Uno de los poemas más representativos, junto con Ávila, de Dibujo de la muerte es Capricho en Aranjuez. Para leer este poema en Aranjuez, tal vez su cuna, nada mejor que situarnos en el siglo XVIII y, cómo no, acordarnos también de los Caprichos de Goya y del sueño de la razón y de la certeza de la muerte. En fin, amigos, capricho o fantasía del poeta: … Dejad, dejadme…/… Poblada soledad, raso amarillo / a cambio de mi vida.  

 

Fuente de Venus. Jardín de la Isla (Aranjuez)  

 

Capricho en Aranjuez[1]

 

Raso amarillo a cambio de mi vida.

Los bordados doseles, la nevada

palidez de las sedas. Amarillos

y azules y rosados terciopelos y tules,

y ocultos por las telas recamadas,

plata, jade y sutil marquetería.

Fuera sobrevivir. Fuera una sombra

o una fugaz constelación alada.

Geométricos jardines. Aletea

el hondo trasminar de las magnolias.

Difumine el balcón, ocúlteme

la bóveda de umbría enredadera.

Fuera hermoso morir. Inflorescencias

de mármol en la reja encadenada:

perpetua floración de las columnas

y un niño ciego juega con la muerte.

Fresquísimo silencio gorgotea

de las corolas de la balaustrada.

Cielo de plata gris. Frío granito

y un oculto arcaduz iluminado.

Deserten los bruñidos candelabros

entre calientes pétalos y plumas.

Trípodes de caoba, pebeteros

o delgado cristal. Doce relojes

tintinean las horas al unísono.

Juego de piedra y agua. Desenlacen

sus cendales los faunos. En la caja

de fragante peral están brotando

punzantes y argentinas pinceladas.

Músicas en la tarde. Crucería,

polícromo cristal. Dejad, dejadme

en la luz de esta cúpula que riegan

las transparentes brasas de la tarde.

Poblada soledad, raso amarillo

a cambio de mi vida.


[1] Guillermo Carnero.- Dibujo de la muerte. Librería Anticuaria El Guadalhorce. Málaga 1967


 

1 comentario

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Una respuesta a “Guillermo Carnero: Capricho en Aranjuez

  1. Rocío

    Gracias por tanto. Felicitaciones por todo.

    Saludos.

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